5 nov 2010

Los hombres y las mujeres

Cuando se habla, con qué facilidad, sobre la igualdad de los hombres y las mujeres, no puedo evitar sentir una cierta sensación de perplejidad. Nunca sé si al hablar de igualdad hablan de una identidad de intereses, pensamientos, culturas solo diferenciado en los caracteres sexuales físicos o si lo que quieren decir es que hay una equivalencia en derechos como logro de nuestra civilización y que el espíritu de las mujeres y de los hombres también está influido por el cromosoma X o Y.















Desde mi punto de vista, y aunque mi experiencia es limitada y no está sujeta a la ley de los grandes números, me inclino por esta segunda acepción. Los intereses, la forma de pensar, difieren sustancialmente en hombres y mujeres aunque el resultado, la resolución de problemas lógicos, es equivalente y sí, desde luego, hay determinados rasgos del carácter resultado de la educación, la idiosincrasia o la cultura y no del sexo pero determinadas formas de enfocar los problemas o de analizarlos sí es resultado de la división sexual.











Cada vez que oigo hablar de la igualdad de la mujer, no puedo evitar el evaluar cada detalle del mensaje por lo fácil que atisbo el alejarse de la esencia del problema. Con mucha frecuencia veo que caen en el discurso banal y un tanto incongruente al olvidarse que de lo que se trata es de igualdad de derechos pero NO de que seamos iguales hombres y mujeres; no puede ser por mucho que insistamos.
Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Jagiellonian (Polonia) han descubierto que los patrones cerebrales tras recibir estímulos positivos y negativos son distintos en hombres y mujeres.







Los hombres prestan quizás más atención a aspectos sensoriales de los estímulos emocionales y tienden a procesarlos según lo que implican por lo que se refiere a la reacción necesaria. Las mujeres, en cambio, centran su atención en los sentimientos que suscitan los estímulos emocionales”, explicó el Dr. Andrzej Urbanik, decano de la facultad.







Los investigadores estudiaron a un grupo de 40 voluntarios diestros de edades comprendidas entre los 18 y los 36 años compuesto por 21 hombres y 19 mujeres. Estos individuos contemplaron imágenes extraídas del Sistema Internacional de Imágenes Afectivas (IAPS), un sistema estandarizado de análisis que ofrece un conjunto de estímulos emocionales normalizados para la realización de análisis experimentales de las emociones y la atención.







El Dr. Urbanik y sus colaboradores mostraron imágenes en dos tandas: en la primera sólo imágenes negativas y en la segunda sólo positivas.
En los hombres, los investigadores observaron una actividad intensa en su ínsula izquierda (corteza insular), que está relacionada con los mecanismos de decisión y puede activar sensaciones subjetivas que conducen a una acción. En cambio, en las mujeres se observó mayor actividad en el tálamo izquierdo. El tálamo es una zona que comunica la corteza cerebral con los centros donde se procesan el dolor y el placer.







"La activación cerebral observada en las mujeres podría ser indicio de una implicación más intensa del circuito neuronal, que se asocia a la identificación de estímulos emocionales", apuntó el Dr. Urbani. "La activación más pronunciada de la corteza insular en los hombres podría guardar relación con los componentes automáticos, como el aumento de la frecuencia cardiaca y de la sudoración, que conlleva la visualización de imágenes emotivas", adujo.







"En los hombres, las imágenes negativas proyectadas activaron con mayor intensidad su sistema automático. Esto podría indicar que, ante situaciones de peligro, es más probable que actúen los hombres antes que las mujeres."







Cuando se mostraron imágenes positivas, las mujeres presentaron mayor actividad en la circunvolución temporal superior derecha, un relieve de la superficie de la corteza cerebral que guarda relación con la memoria y el procesamiento de estímulos auditivos. Por su parte, los hombres presentaron una actividad más marcada en los lóbulos occipitales bilaterales, que se ocupan de procesar estímulos visuales.








"Las imágenes positivas son "devoradas" por los sistemas visual y de motivación de los hombres", señaló el investigador.









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